LOVERA CON CARABOBO

jueves, 21 de mayo de 2015

Por más de 100 años Guacareños veneran la Cruz de Mayo


 El mes de mayo, no solamente es reconocido por ser el mes de las flores y de las madres, también es esperado por los fieles católicos, quienes se reúnen el día tres para conmemorar el velorio de la santísima Cruz, tradición religiosa que el guacareño, Luis Alfonzo Pinto Tovar, ha sabido mantener, por más de seis décadas.

Como todos los años, un grupo de devotos, se acercan a la residencia, de “Alfonzo”,  como cariñosamente le llaman al cuidador de la imagen, ubicada en la calle Soublette, del casco central del municipio,  para entre rezos y plegarias, honrar llenos fe a este símbolo que caracteriza a los creyentes de la Iglesia con un sencillo, pero significativo homenaje, en el que tanto niños, como adultos participan.

El acto es un signo de reconciliación con Dios, con nuestros vecinos, con nosotros mismos, en medio de un mundo caracterizado por la ruptura y la falta de comunión entre hermanos”, resaltó, el entrevistado, mientras tomaba hojas de palmas entre sus manos para ser colocadas alrededor de la Cruz.

Por más de un siglo
Pinto indicó, que la imagen data del año 1887 fecha en que fue instalada en el Cerro El Placer, por unos misioneros que llegaron a  Guacara con la idea de evangelizar, “tengo entendido que tiempo después, fue derribada por obreros de la municipalidad  para la construcción de la caja de agua en el sitio que ocupaba; de allí fue recogida por mis ancestros, una familia fervientemente católica quienes la conservaron, pasando de una  generación a otra, hasta la fecha que aún la mantengo”.

En este sentido explicó, que desde hace más de 30 años escogió un sitio en su hogar para ser ocupado por la Cruz, de allí en adelante es a comienzos del  mes de abril, cuando inician los preparativos para su velatorio, “la evolución de la costumbre ha llevado a considerarla como una forma de pedir protección y salud para nuestros seres queridos, aunque muchos que se acercan también vienen a agradecer porque fueron escuchados en sus anteriores peticiones, y así se hayan mudado a otras partes, la gente viene y cumple con ella”, enfatizó señalando hacia el altar.


“El día tres de mayo, una vez que llegan todos los invitados, comienza la actividad con un rosario, en el que se rezan los primeros cinco misterios, después que se le rinde el homenaje, se procede al canto y toque de tambor, para finalizar con la quema de luces y refrigerios, que incluye dulces típicos de la región, pasapalos, sándwiches, jugos”.

Por su parte, Javier Romero, fiel servidor de la Iglesia católica, expresó que el encuentro con los vecinos es un acto de religiosidad popular, a través de flores, velas y tambores del árbol de la cruz, “como lo dice Jesucristo en la liturgia,  en el sábado de gloria cuando resplandece la luz del cirio pascual. El fin es uno, acercarnos a Dios y reconocer la única razón por la que murió, que fue para dar su vida por la humanidad, por lo que  los animo a no perder esta hermosa tradición”.

Celebración General
Oscar Douhai, director de Cultura y Turismo del ayuntamiento, manifestó que estas conmemoraciones tienen una carga religiosa muy fuerte, en el que destaca la parte cultural y en la cual participan las comunidades debidamente organizadas, “se efectúan  durante todo el mes de mayo, cada año se viste la cruz con flores y papeles de colores. Se le hace un altar con ofrendas y las peticiones de la gente por escrito”.

Es por ello, que en los emblemáticos espacios del Parque Municipal Simón Bolívar, ubicado en la urbanización Malavé Villalba, se llevó a cabo la celebración con la participación de los vecinos, “actividad donde disfrutaron de la máxima expresión cultural de esta fecha”
 
Douaihi indicó, que se han venido realizando este tipo de manifestaciones tradicionales en diferentes sectores entre los que se mencionan Aragüita, Vigirima, e invitó a la población guacareña a participar próximamente en la comunidad de Ojo de Agua y el sur de la localidad. 
Destacó, “resulta muy emocionante ver a los devotos haciendo las ofrendas, las cuales consisten en la luz con cirios encendidos, agua, tierra, flores, frutas, pan y granos en agradecimiento por la llegada de las lluvias y que estas no causen inundaciones, también piden por la preservación de la salud y la fertilidad de la tierra”.


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